Querido Diario,
Tengo que ponerte al día, la semana pasada fue bien intensa. Al final logré tomar mi avión destino a la Habana, la capital de todos los turistas lleva varias semanas en protestas sin retorno y la cosa pinta fea. Salí temprano para el aeropuerto de Schiphol en Amsterdam, me puse de acuerdo con 2 de mis tres socios que habían accedido ir conmigo para Cuba y afortunadamente lograron comprar los pasajes para mi mismo vuelo, el tercero iría más tarde, en un vuelo que salía en la noche; por tanto quedé con ellos para vernos en el propio aeropuerto, tomarnos unos cafés y hacer el check in temprano. Estábamos muy nerviosos la verdad… yo diría que cagados. No sabíamos si podíamos entrar a Cuba, yo tenía el problemita con el pasaporte y existía la posibilidad de que cancelaran los vuelos, de hecho desde Holanda no había ninguno, era un vuelo desde Moscú que haría escala aquí.
Llegó la hora de hacer el check in, todo parece normal, me piden mi pasaporte y mi ID holandes, solo me preguntan cuando regreso, digo que aun no lo se, soy ciudadano cubano, así que puedo pasar el tiempo que estime conveniente en mi país, la chica solo me dice que hay código naranja para viajes a Cuba por tanto yo debería tener cuidado, yo respondo con un >Okey<
Espero a mis amigos para luego hacer el control de seguridad, me demoro en eso apenas unos 18 min, contados por el reloj del teléfono. Luego nos dirigimos a la puerta de embarque a esperar. Nuestro vuelo debe salir a las 13:25, no se bien a que hora llegaria a La Habana, son 6 horas de diferencia y casi 10 horas de vuelo, mi teléfono marca una hora de llegada, pero no estoy seguro si es hora de Holanda o de Cuba, en fin, es lo que menos importa. Me monto en el avión, sale con apenas 4 minutos de retraso.
Mientras el avión despega pienso en que voy a hacer realmente cuando llegue a Cuba y qué papel voy a escoger: ¿Seré protagonista de los hechos o simplemente seré un reportero? Pero … y qué tal si soy ambos? Reportar no podre mucho, la internet sigue caida, asi que “las directas” no las podre hacer.
Cuando llego a La Habana, desde el avión se sentía ese calor abrasador que hacía años no sentía en mi cuerpo, tuve que aprovechar y quitarme la ropa de invierno, llevaba poco equipaje, este era un viaje de emergencia, era un compromiso con la Patria. Mi corazón se aceleraba, el avión se disponía a parquear (no se si es el término correcto), tenía miedo de tantas cosas, esto de venir asi, sin avisar es algo loco, ni siquiera se si me dejaran entrar o si ire detenido, lo cierto es que una obligación estar aquí. No hay muchos pasajeros en mi vuelo así que era fácil salir. Camino hasta las casillas de emigración, en el aeropuerto hay mucho alboroto, los oficiales están nerviosos y hay muchos policías, Se escucha de todo, me acerco a una mujer que parece ser alguna funcionaria de aduana: ¿Qué sucede?, ella responde que han recibido la orden de no dejar entrar a ningún cubano, que el gobierno se está comunicando con las embajadas para retornar a todos los cubanos a los países desde donde volaron, solo están dejando entrar a los extranjeros. Aun en estos momentos de incertidumbre el régimen sigue apostando por el money que los extranjeros aportan. Ya tengo la información pero aún voy hacia las casillas de migración, de todas formas nadie me ha comunicado de forma oficial nada. Las casillas están llenas de policía, aún están verificando un vuelo de Rusia y de España … de repente se forma una … una de las buenas. Los cubanos que estaban haciendo el control comenzaron a protestar cuando las autoridades le comunicaron que no podía ingresar al país por “motivos de seguridad”, algunos si venían a sumarse a las protestas, otros solo venían a ver a los familiares. La policía rápidamente comienza a hacer un cordón alrededor de los extranjeros y los conduce a otro lugar, supongo que eso es la señal del inicio de la represión. Yo me sumo. Afortunadamente somos más, la policía y los oficiales de migración no pueden contenerlo, alguien lanza un pomo de agua contra una de las ventanillas de chequeo. Todo es muy loco, se logra romper la seguridad y pasar. Los amigos que me acompañaban los perdí de vista, estaba algo preocupado, hasta que los vi, también lograron cruzar. Oficialmente pasamos la frontera, ya estamos en Cuba, muchos corremos como loco, existe el temor de que vengan refuerzos. Yo voy directo a la salida. Fuera de la terminal hay pocos carros, la mayoría de los taxistas están en la protesta, según me comenta un viejo que accede a llevarme junto a unos italianos, en cambio mis amigos irían hasta Centro Habana donde tienen familia, dejaran sus cosas y luego irían para el Vedado. Le pedí que me lleve para el Vedado, el me dice que hará el intento. Aunque pensándolo bien, no tengo a donde ir en La Habana … Bueno, ya inventaré algo.
——————————————————————————————————————

Nuevo espacio en nuestra revista. Victor M Duenas ha decidido escribir un diario, él ha venido del futuro y solo pudo traer su Diario. Te invitamos cada semana a leer lo que él nos trae de la Cuba del futuro.
Me encantó, espero poder leer el próximo capítulo pronto.