Este 2020 ha estado repleto de situaciones y momentos inusuales. Después de la llegada de una pandemia mundial y de sucesos tan inexplicables como las apariciones y desapariciones de monolitos, el año llega a su recta final. Pero el mes de diciembre también cuenta con factor sorpresa: podremos ver una ‘estrella’ inusual en el firmamento.
Denominada como la ‘estrella de Belén’ o ‘de la Navidad’ por las fechas navideñas en las que cruza el cielo, su paso no se veía desde hacía muchos, muchos años. Su nombre puede dar lugar a confusión ya que se atribuye a la historia del astro que guió a los Reyes Magos, pero no se trata de ninguna estrella real, si no de una ilusión óptica.
En concreto, el fenómeno astronómico fue visto por última vez durante la Edad Media, en 1226, y podremos disfrutar de él 800 años después. La visión se produce por la excepcional alineación entre Júpiter y Saturno, que se acercarán lo suficiente como para que visualmente parezcan un sola estrella que brilla al unísono.
Los astrónomos explican que este espectáculo no se volverá a ver hasta 2080 y recomiendan emplear un telescopio para poder apreciarlo al máximo. Se producirá el próximo 21 de diciembre con el solsticio de invierno y se podrá ver ese día y durante toda la semana.
Estrella de Belén
Cuenta la historia que nunca deja de repetirse que los tres Reyes Magos, magos o sabios, procedentes de Oriente, llegaron a Jerusalén a ver al rey de los judíos que acababa de nacer. Su objetivo era adorarle y, cargados de oro, mirra e incienso hicieron su aparición en lo que ahora dibujamos como un pesebre al que llegaron siguiendo la estela de una estrella en el cielo. La historia de la Navidad nunca ha variado, en ella siempre está la misma protagonista: la denominada ‘estrella de Belén’. Ahora bien, ¿qué dice la ciencia sobre este fenómeno? El profesor de astrofísica teórica y cosmología Grant Mathews, de la Universidad de Notre Dame (Indiana, Estados Unidos), publicó hace unos años sus propias conclusiones sobre esta famosa estrella, en las que señala que, ante todo, nunca se pudo tratar de una estrella.
En sus estudios Mathews explicaba que el acontecimiento astronómico que pudo haber llevado a los reyes magos, sacerdotes zoroastras de la antigua Babilonia y Mesopotamia, hasta Belén fue una «alineación planetaria extremadamente rara que ocurrió en el siglo 6 a.C.». «Y es posible que nunca se vuelva a ver», indicó. Sus estimaciones indican que el sol, Júpiter, la luna y Saturno se encontraban todos en Aries, mientras que Venus estaba al lado, en Piscis, y Mercurio y Marte, al otro lado, en Tauro. Entonces, se consideraba que la presencia simultánea de Júpiter y la luna significaba el nacimiento de un gobernante con un especial destino, y sumado al resto de simbologías, todo parece indicar que los sabios vieron este fenómeno en el cielo y habrían reconocido que significaba un nacimiento especial.
(El Confidencial & Las Provincias)
Discussion about this post