MADRID, España.- El exdirector de la revista universitaria Alma Mater, Armando Franco Senén, reveló los motivos de su reciente destitución del cargo y desmintió a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Según una detallada explicación ofrecida a través de Facebook, el pasado 26 de abril fue citado a la oficina del director de la Editora Abril, donde le informaron que había sido “liberado” de su puesto de director, por “continuos errores en el trabajo editorial de la revista”.
“Por razones éticas no incluyo los detalles de los trabajos señalados; en mi opinión, salvo un par de señalamientos válidos que en su momento fueron corregidos, el resto de los textos son probablemente los mejores resultados periodísticos de Alma Mater durante mi dirección”, destaca Senén.
Al intentar explicar “el sinsentido de lo que exponían”, Nislay Molina (Ideológica del Comité Nacional de la UJC), le respondió: “A ti debimos botarte hace mucho tiempo, no hay nada más que hablar, te estamos haciendo el favor de liberarte. Puedes hacer lo que quieras, es una decisión nuestra”.
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Según Nislay Molina, la presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), Karla Santana, consideró que durante su tiempo al frente de Alma Mater, la revista desatendió la FEU.
Sin embargo, “este es un argumento fácilmente desmontable”, dijo Senén, ya que “quienes leyeron con frecuencia Alma Mater durante el último par de años fueron testigos de que para nosotros la cobertura a la vida de la FEU, las universidades y los universitarios cubanos fue prioridad. Por supuesto, desde la visión de nuestro equipo. Los múltiples contenidos publicados están ahí para demostrarlo”.
No fue una renovación natural
Sobre las declaraciones de la Primera Secretaria de la UJC, Aylin Álvarez, consideró que lo único exacto fue lo referido a que los cargos directivos de los medios de la Editora Abril son competencia del Comité Nacional de la UJC y de su Comisión de Cuadros.

Franco Senén aseguró que anteriormente Aylin Álvarez había mostrado satisfacción por los resultados obtenidos por la revista y desconocimiento sobre los supuestos errores que le habían adjudicado.
Armando Franco Senén denunció que, contrario a lo que le dijeron en el momento de la separación del cargo, no fue una renovación natural, ya que el proceso no incluyó ni ubicación laboral para él ni un director para Alma Mater.
En su publicación, el exdirector de Alma Mater recordó además que la negativa de los responsables de la destitución a conversar con el equipo de la revista, la inconformidad con la “liberación” y la falta de explicaciones, provocaron que algunos miembros de la publicación solicitaran su baja.
“No existieron presiones ni condicionamientos. En cada caso, fue una decisión personal. Un periodista y la secretaria de la redacción decidieron mantenerse. El resto, todos jóvenes, buscan hoy otros destinos laborales”, señaló el periodista.
“Alma Mater no fue mejor ni peor durante estos casi tres años. No pretendió serlo. Intentamos hacer periodismo y respetamos el criterio que tenga cada lector de nuestro trabajo.(…) Intentamos entender cómo y por qué llegamos a este punto; cuáles son los siguientes pasos para cada uno de nosotros. (…) En los próximos días, semanas, meses, cada uno escogerá su camino dentro o fuera del periodismo cubano. Yo solo aspiro a volver a creer, a encontrar razones para seguir intentando”, concluyó.
Reacciones a la destitución
Tras darse a conocer la noticia de la separación del cargo, el jefe de Redacción de Alma Mater, Yoandry Ávila Guerra, abandonó la revista universitaria. Ávila Guerra, graduado de Gestión y Preservación del Patrimonio, en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, hizo público a través de Facebook el cambio de su estado laboral.
Por su parte, el reconocido periodista Joaquín Borges Triana declaró: “En los 36 años que llevo como graduado de periodismo me han hecho ser testigo una y otra vez de historias como la que ahora motiva múltiples comentarios en las redes. Supongamos que sí, que Armandito se equivocó en algo y por esos errores hay que liberarlo. En tal caso, ello corrobora que en el ejercicio del periodismo en una sociedad como la cubana no hay margen para el error. Un médico puede equivocarse y por su culpa morir alguien, pero puede que ello no trascienda. En el periodismo no pasa así”.
“Su salida como director de la revista Alma Mater, habiendo desarrollado una labor encomiable que convirtió a ese medio en el único de los estatales cubanos que era tenido en cuenta en los más importantes debates nacionales de los últimos tiempos, recuerda, tristemente, la `liberación´ de Darío Alejandro Escobar, otro joven director de medio de prensa en Cuba, por los que supongo, sean, los mismos motivos”, fueron las palabras del también periodista Ariel Montenegro.
Incluso el trovador Silvio Rodríguez, connotado defensor del régimen, apuntó: “Me parece preocupante que, en vez de abrirse, la dirigencia siga dando señales de cerrazón. Me parece incluso gravísimo, a estas alturas”.